Experiencia OULIPO

Gracias a Mario Benedetti que me prestó su texto base y gracias, ¡muchas gracias! a la escritora y Maestra Cecilia Pisos y a su curso CÓMO HACER DE GOMA UN CUENTO en la Escuela Entrepalabras durante el mes de mayo de 2024.

Persecuta – Mario Benedetti

Como en tantas y tantas de sus pesadillas, empezó a huir despavorido. Las botas de sus perseguidores sonaban y resonaban sobre las hojas secas. Las omnipotentes zancadas se acercaban a un ritmo enloquecido y enloquecedor.

Hasta no hace mucho, siempre que entraba en una pesadilla, su salvación había consistido en despertar, pero a esta altura los perseguidores habían aprendido esa estratagema y ya no se dejaban sorprender. Sin embargo esta vez volvió a sorprenderlos. Precisamente en el instante en que los sabuesos creyeron que iba a despertar, él, sencillamente, soñó que se dormía.

OPERACIÓN DE REVERSA

Él soñó que se dormía, cuando en realidad sus perseguidores creyeron que él iba a despertar. Porque esta vez volvió a sorprenderlos, aunque ya no se dejaban sorprender.  Sucedía que los perseguidores habían aprendido su estratagema, esa misma, que era su salvación y que consistía en despertar cuando las omnipotentes zancadas se acercaban a un ritmo enloquecido y enloquecedor. Entonces, las botas de sus perseguidores sonaban y resonaban sobre las hojas secas y él empezaba a huir espavorido, como en tantas y tantas de sus pesadillas.

SWEET DREAMS

Como en tantos y tantos de sus sweet dreams comenzó a bailar, ¡feliz! Las botas de sus aliados, los ¡bailaores! no sonaban ni resonaban en la verde gramínea. Silenciosas zancadas se alejaban a un ritmo sensato y confortable. Hasta no hace poco, siempre que entraba en un sweet dream, su perdición había consistido en quedarse dormido, pero a esta altura sus aliados habían aprendido su estratagema y se dejaban sorprender. Sin embargo, esta vez los sorprendería en verdad. Precisamente, en el instante en que los aliados creían que se iba a quedar dormido, él, sencillamente, soñó que se despertaba. ¡Y bailaron todos juntos!

EL POEMILLA

Otra persecuta en sus pesadillas,

comenzó a huir despavorido, en zapatillas.

Las botas de sus perseguidores

sonaban y sonaban cual trompetillas,

sobre las hojas amarillas.

Se acercaban a zancadas y zancadillas.

Si entraba en una pesadilla

era despertarse, su salvación tan sencilla.

Pero a esta altura los perseguidores

lo conocían, ¡cómo humillan!

No se dejaban sorprender ni de puntillas.

Pero los sorprendería nuevamente con cosquillas.

Los sabuesos creían que despertaría ¡oh, maravilla!

Pero no… ¡Abrió la sombrilla!

Soñó que se dormía a pie juntillas

(comiendo chorizo y tortilla

y tomando un té de manzanilla.) ¡Jajajaja!

NEL BLU DIPINTO DI BLU

Como en tantas y tantas de sus azules pesadillas, empezó a huir despavorido. Las azuladas botas de sus perseguidores de ojos zarcos sonaban y resonaban sobre las aturquesadas hojas secas. Las omnipotentes zancadas se acercaban a un ritmo azulino enloquecido y enloquecedor.

Hasta no hace mucho, siempre que entraba en una añil pesadilla, su azur salvación había consistido en despertar de color índigo blue, pero a esta altura los perseguidores de azul cobalto habían aprendido con mirada garza su cerúlea estratagema y ya no se dejaban sorprender.

Sin embargo esta vez volvió a sorprenderlos. Precisamente en el instante azul marino en que los sabuesos creyeron que iba a despertar, él, sencillamente, soñó que se dormía sin camisón, azulete azulón.

DESDE EL ARCO IRIS

Como en tantas y tantas de sus pesadillas apareció el arco iris, empezó a huir despavorido entre las gotas de lluvia y el prisma de luz. Las botas de sus perseguidores se tornaron violetas y sonaban y resonaban sobre las hojas secas de color añil. Las omnipotentes zancadas azules se acercaban a un ritmo enloquecido y enloquecedor en medio de tanta luz.

Hasta no hace mucho, siempre que entraba en una pesadilla de arco iris, su salvación amarilla había consistido en despertar, pero a esta altura los perseguidores habían aprendido los colores infinitos de esa estratagema y ya no se dejaban sorprender.

Sin embargo esta vez volvió a sorprenderlos. Precisamente en el instante naranja en que los sabuesos creyeron que iba a despertar, él, sencillamente, soñó que se dormía teñido de rojo y cesaba de llover.

UNA DE TERROR

Como en tantas y tantas de sus pesadillas, empezó a huir despavorido, su casa ya no era segura. Las botas de los milicos sonaban y resonaban sobre el pavimento. Las omnipotentes zancadas se acercaban a un ritmo enloquecido y enloquecedor. Ya no sabía dónde esconderse.

Hasta no hace mucho, siempre que entraba en una pesadilla, su salvación había consistido en despertar y darse cuenta de que no era verdad, que estaba seguro en ese escondite, pero a esta altura los milicos habían aprendido sus estratagemas y ya no se dejaban sorprender. Esta vez lo atraparon lo encapucharon lo ataron lo encarcelaron lo torturaron lo subieron a un avión lo arrojaron al mar.

Sin embargo esta vez volvió a sorprenderlos.  No tuvo miedo y comenzó a cantar. Precisamente en el instante en que los milicos creyeron que iba a suplicar, él, sencillamente, soñó que viviría para siempre a pesar de que iba a ser un desaparecido más.

LA PERSECUTA DEFINICIONAL

Como en tantas y tantas de sus ensueños angustiosos y tenaces, empezó a alejarse deprisa, por miedo o por otro motivo, de personas, animales o cosas, para evitar un daño, disgusto o molestia lleno de pavor. El calzado, generalmente de cuero, que resguarda el pie, el tobillo y, a veces, una parte de la pierna de esas personas  que molestan, fatigan o hacen sufrir a alguien causaban ruido  y más ruido sobre  cada una de las láminas, generalmente verdes, planas y delgadas, de que se visten los vegetales, unidas al tallo o a las ramas por el pecíolo o, a veces, por una parte basal alargada, en las que principalmente se realizan las funciones de transpiración y fotosíntesis que carecían de agua u otro líquido.  Las que todo lo pueden, atributo solo de Dios se ponían cerca o a menor distancia de lugar o tiempo a un orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas de una manera que ha perdido la razón y quiere hacerla perder a otro.

Hasta no hace mucho, en todo o en cualquier tiempo que iba o pasaba de fuera a adentro en un ensueño angustioso y tenaz, su consecución de la gloria y bienaventuranza eterna había consistido en cortar o interrumpir el sueño a quien está durmiendo, pero a esta altura los que molestan, fatigan o hacen sufrir a alguien habían aprendido esa astucia, fingimiento y engaño artificioso y ya no se dejaban pillar desprevenidos. Sin embargo este tiempo u ocasión determinada en que se ejecuta una acción, aunque no incluya orden sucesivo volvió a conmoverlos, suspenderlos o maravillarlos con algo imprevisto, raro o incomprensible. Precisamente en la porción brevísima de tiempo en que las personas que saben indagar, descubrir o averiguar los hechos tuvieron algo por cierto sin conocerlo de manera directa o sin que esté comprobado o demostrado que iba a cortar o interrumpir el sueño a quien está durmiendo, él, sencillamente, representó en la fantasía imágenes o sucesos mientras se duerme, que se hallaba en el estado de reposo que consiste en la inacción o suspensión de los sentidos y de todo movimiento voluntario.     (FIN) conclusión desenlace término remate final.

CON EFECTOS ESPECIALES

Como en tantas y tantas de sus pesadillas ¡Zzz!, empezó a huir despavorido ¡Uiuiui!¡Uiuiui!¡Uiuiui! Las botas de sus perseguidores sonaban ¡Zas!¡Zas!¡Zas! y resonaban ¡Paf!¡Paf!¡Paf! sobre las hojas secas ¡ShShShSh! Las omnipotentes zancadas ¡Pumpumpum! se acercaban a un ritmo enloquecido y enloquecedor ¡BRRRBRRRR!

Hasta no hace mucho ¡BAH!, siempre que entraba en una pesadilla ¡Zzz!, su salvación había consistido en despertar ¡PLIMPLIMPLIM!, pero a esta altura ¡Guau! los perseguidores ¡MMMMMMM! habían aprendido esa estratagema ¡ÑacaÑaca! y ya no se dejaban sorprender ¡NUUUUUUU!

Sin embargo esta vez volvió a sorprenderlos ¡Ohohohoh! Precisamente en el instante ¡TicTacTicTac! en que los sabuesos creyeron que iba a despertar ¡JEJEJE!, él, sencillamente, soñó que se dormía ¡Rrrrrrrrr! ¡Plasplasplas!

MONÓLOGO DEL SOÑADOR

Como en tantas y tantas de sus pesadillas, empezó a huir despavorido. Las botas de sus perseguidores sonaban y resonaban sobre las hojas secas. Las omnipotentes zancadas se acercaban a un ritmo enloquecido y enloquecedor.

Hasta no hace mucho, siempre que entraba en una pesadilla, su salvación había consistido en despertar.

-A ver, a ver, paremos un cachito, compañeros. Yo quiero saber por qué me están persiguiendo.

Ser, o no ser, esa es la cuestión. Y yo soy un buen muchacho, no entiendo por qué esta persecuta

¿Cuál es más digna acción del ánimo, o del desánimo o de este sueño nefasto,

sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, o disfrutar a pleno de la vida loca,

u oponer los brazos a este torrente de calamidades, o las piernas los pies las manos la mirada

y darlas fin con atrevida resistencia? ¿O quedarme sentado esperando la carroza?

Morir es dormir. ¿No más? ¡Neeeee! Morir es desaparecer y yo soy joven aun, ¿no les parece?

¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron, claro que no, si estamos peor todavía,

y los dolores sin número, y el número de dolores que aquejan mi alma y mi bolsillo

patrimonio de nuestra débil naturaleza?… Mi patrimonio cada vez más escaso, ¡natural!

Este es un término que deberíamos solicitar con ansia. Sí, eso creo, solicito con apremio.

Morir es dormir… y tal vez soñar. Y tener pesadillas como esta donde me persiguen…

Sí, y ved aquí el grande obstáculo, que no puedo pagar mis deudas contraídas,

porque el considerar que sueños son estas facturas del gas luz internet AYSA y celular,

podrán ocurrir en el silencio del sepulcro, pero vivo estoy, no hay silencio en la ciudad, y

cuando hayamos abandonado este despojo mortal, nos seguirán corriendo las deudas,

es razón harto poderosa para detenernos. Y decir ¡Basta! Paren el mundo. Me quiero bajar.

Esta es la consideración que hace nuestra infelicidad tan larga. No nos deja descansar.

¿Quién, si esto no fuese, aguantaría la lentitud de los tribunales, solo los corruptos jueces,

la insolencia de los empleados, la corrupción de los empleadores,

las tropelías que recibe pacífico sí, algunas veces no tan pacíficos,

el mérito de los hombres más indignos, esos que ocupan lugares de poder,

las angustias de un mal pagado amor, aunque el amor con amor se paga,

las injurias y quebrantos de la edad, de eso estoy seguro, veo a mi madre, pobrecita,

la violencia de los tiranos, que se creen dueños de las voluntades ajenas,

el desprecio de los soberbios? Y el de la casta, que no sabemos bien quiénes son. ¡Joder!

Cuando el que esto sufre, padece agoniza transpira languidece hambrea y llora

pudiera procurar su quietud con sólo un puñal. Pero no lo hace por cobarde o idiota.

¿Quién podría tolerar tanta opresión, sudando, los pobres los pobres los pobres,

gimiendo bajo el peso de una vida molesta sin salud sin educación sin pan sin trabajo,

si no fuese que el temor de que existe alguna cosa más allá de la Muerte, y sí existe, ¡jajaja!

(aquel país desconocido de cuyos límites ningún caminante torna) aunque UNO volvió, claro

nos embaraza en dudas vacilaciones secretos preguntas sombras

y nos hace sufrir los males que nos cercan; y cada vez hay más males, diría peores, por ello,

antes que ir a buscar otros de que no tenemos seguro conocimiento? De nada, de nada.

Esta previsión nos hace a todos cobardes, estamos como asustados esperando no sé qué,

así la natural tintura del valor se debilita y se hace desteñida y casi invisible,

con los barnices pálidos de la prudencia, que ya me cansaron, tanta prudencia, porque

las empresas de mayor importancia son las propias, y si me siguen persiguiendo,

por esta sola consideración mudan camino, y me voy a perder en este sueño sin sentido,

no se ejecutan y se reducen a designios vanos. Designios que no acepto ni comparto.

Pero… ¡la hermosa Ofelia! Graciosa niña, que con tu terapia cuidás mi locura, espero espero…

espero que mis defectos no serán olvidados en tus oraciones. Y estos infames perseguidores me dejen de molestar porque necesito ordenar mis preocupaciones, saldar mis deudas y vivir en paz. Así sea. Esto dijo el desdichado perseguido al aire en un monólogo estridente, pero a esta altura los perseguidores habían aprendido esa estratagema y ya no se dejaban sorprender.

Sin embargo esta vez volvió a sorprenderlos. Precisamente en el instante en que los sabuesos creyeron que iba a despertar, él, sencillamente, soñó que se dormía. En cursiva: Hamlet: III acto, escena 1. William Shakespeare